La salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), conocida como “brexit”, ya no es el “principal riesgo” para la estabilidad del sistema financiero británico, aseguró hoy el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney.

El directivo efectuó estas declaraciones ante un comité parlamentario que, entre otras cuestiones, le preguntó si el “brexit” sigue siendo la mayor amenaza para la economía nacional, y como afirmó durante la campaña del referéndum del pasado junio.

“Estrictamente hablando, la opinión del comité es que no”, recalcó Carney, quien trasladó la presión por el divorcio entre Londres y Bruselas al bloque comunitario.

Consideró que existen “riesgos económicos” que podrían afectar a la “estabilidad financiera del país”, pero afirmó que “hay mayores riesgos a corto plazo en el continente que en el Reino Unido durante el periodo de transición”.

No obstante, reconoció que la economía británica afronta desafíos globales que podrían “amplificarse” durante el proceso de adaptación a una nueva vida fuera de la UE.

“En la campaña del referéndum dijimos que (el ‘brexit’) era el principal riesgo porque había una serie de posiciones y posibilidades en el sector financiero, cosas que podían haber pasado, que podían haber tenido consecuencias para su estabilidad”, explicó hoy Carney.

Desde entonces, apuntó, “la importancia de la cantidad de riesgos en torno al ‘brexit’ ha disminuido para el Reino Unido”, si bien, insistió, “el proceso (de salida de la UE) podría amplificarlos”.

El gobernador del Banco de Inglaterra también defendió la validez de la evaluación de riesgos efectuada por la entidad durante la campaña de la citada consulta y señaló que las medidas adoptadas para hacer frente a esta separación han servido para mitigarlos.

Asimismo, abogó por la necesidad de alcanzar un “acuerdo trasnacional” para el sector financiero en cuanto Londres inicie con la UE las negociaciones sobre los términos de su salida del club comunitario.

La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, ha prometido activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia un periodo formal de negociaciones sobre la retirada de un país comunitario del bloque europeo, para antes de finales de marzo de 2017, por lo que el Reino Unido estaría fuera de la UE en la primavera de 2019.

Carney coincidió con la posición de la Bolsa de Londres (LSE), cuyo consejero delegado, Xavier Rolet, ha pedido que el Reino Unido y la UE sellen un pacto de transición, de unos cinco años de duración desde la activación del artículo 50, para establecer unas condiciones que preserven las relaciones comerciales entre ambas partes y faciliten la adaptación del sistema financiero al “brexit”.

“Si no hay ese periodo de transición, sin el cual habría consecuencias, trabajaríamos para mitigar esas consecuencias en la medida de lo posible”, concluyó Carney.

Fuente: EFE


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