Expertos del sector público y privado mostraron hoy en el Foro Económico Mundial de Davos un moderado optimismo sobre las perspectivas económicas de 2017, para el que el FMI ha revisado al alza sus previsiones de crecimiento pese a los anuncios proteccionistas de Donald Trump.

En el panel en el que cada año el Foro de Davos dibuja las perspectivas económicas para el año entrante participaron el gobernador del Banco de Japón, Haruhiko Kuroda, el presidente de BalckRock, Larry Fink, la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schauble, y el secretario del Tesoro británico, Philip Hammond

Lagarde ha explicado que la coyuntura “pinta mejor que en los últimos años”, de ahí que el organismo haya revisado al alza algunas de sus previsiones, entre ellas la de Estados Unidos, la UE y Japón.

No obstante, ha advertido sobre la dificultad que entraña imponer una reforma fiscal y a la vez restringir el libre comercio, tal y como ha anunciado el nuevo presidente estadounidense, Donald Trump.

El FMI recela de “las trabas al comercio y la deriva proteccionista que parece va a emprender Trump”, ha dicho Lagarde, a la que también le preocupa la subida del dólar y los efectos negativos que eso tendrá en los países muy endeudados en la divisa estadounidense.

Schauble ha recomendado “esperar a ver qué hace el presidente Trump”, ya que no se puede imaginar “que de verdad imponga trabas al libre comercio”, por lo que es “optimista en ese sentido”, aunque no ha descartado completamente que se desate una guerra comercial entre China y Estados Unidos.

Sería “una paradoja interesante que fueran los chinos los paladines de la defensa del libre comercio”, ha añadido, en referencia al discurso pronunciado por el presidente chino, Xi Jinping, aquí en Davos el pasado martes, cuando declaro que “debemos decir no al proteccionismo”.

Ha reconocido que “la zona del euro va relativamente bien”, y ha alertado de ciertos “riesgos geopolíticos por las elecciones que deben celebrarse este año en Francia o en Holanda”.

El secretario del Tesoro británico, Philip Hammond, separó “la retórica contra el libre comercio de Trump” de los motivos que han llevado al Reino Unido a celebrar un referéndum y abandonar la UE; se trata “precisamente de lo contrario”, más y mejor comercio, pero en las mejores condiciones para su país.

Hammond ha explicado que lo que no comparte el Reino Unido es la libre circulación de personas, “con esa premisa no podemos pertenecer a la UE”, pero una vez fuera sí se puede “negociar de modo independiente un acuerdo de libre comercio de modo que los consumidores británicos puedan seguir comprando productos europeos y viceversa”.

A todos interesa un buen acuerdo entre ambas partes, dijo, y no se puede olvidar que “el Reino Unido es el mayor socio de la UE”.

Larry Fink, representante del sector privado y de las finanzas -BlackRock es la mayor gestora de fondos del mundo-, recomendó “cautela y paciencia” antes de evaluar las intenciones de Trump o las consecuencias de la salida del Reino Unido de la UE.

En su opinión, tanto el “brexit” como el triunfo de Trump representan una victoria de la voz de la gente corriente, “y ya veremos si se han equivocado o no”.

Desde el fin de la II Guerra Mundial, la economía estadounidense ha descansado en el consumo, y “nadie puede cambiar eso”.

Aún menos que Trump le preocupa a Fink el “brexit”, todo lo contrario que al consejero delegado de Barclays, Jes Staley, que ha intervenido en otra mesa redonda y que percibe un riesgo de que se limite la libre circulación de capitales entre ambas orillas del Canal de la Mancha, del mismo modo que se va a limitar la libre circulación de personas.

Fuente: EFE


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