El legendario gestor de fondos Stanley Druckenmiller dijo en una ocasión: “Probablemente uno de mis mayores activos es que tengo una mente abierta y puedo cambiar de opinión muy rápidamente”. Aunque en los últimos meses he sido muy optimista, han aparecido algunas señales de advertencia que me han hecho ser cauteloso a corto plazo:
1) El Nasdaq Composite (^IXIC) ha experimentado una distribución a la baja recientemente. Seis de los once últimos días han visto un mayor volumen por día, lo que me hace pensar que hay una cantidad nada desdeñable de venta institucional.

2) Los índices principales están por debajo de sus promedios móviles de 50 días, lo que suele ser una zona de apoyo institucional. Además, el Russell 2000 (^RUT) rompió de forma decisiva su promedio móvil de 50 días y ahora se acerca a los 200 días.
3) Muchas de las acciones más importantes están reportando ganancias, aunque lo han hecho bajo la presión de vender. Si bien siguen gustándome buena parte de estas empresas, he reducido mi exposición porque necesitan tiempo para digerir sus ganancias de principios de este año y para restablecer sus bases técnicas.

4) Nos dirigimos a un momento difícil del año, pues agosto y septiembre tradicionalmente son meses volátiles. Dado que la mayoría de empresas del S&P 500 (^GSPC) ya han hecho públicas sus ganancias, las noticias estarán centradas en la escalada de las tensiones geopolíticas, el voto sobre el techo de deuda en septiembre y la próxima reunión de la Reserva Federal. En otras palabras, el ciclo de noticias estará repleto de titulares que podrían sacudir aún más los mercados.
Muy resistente
Algo que me gustaría subrayar es que, tradicionalmente, cuando aparecen estas señales de advertencia, tiene lugar algún tipo de retroceso del mercado o a un aumento de la volatilidad. Sin embargo, en los últimos años, el mercado ha sido increíblemente resistente y le resta importancia a todo.

Fuente: EFE


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