El Banco Central de Argentina (BCRA) subió fuertemente la tasa de interés el jueves, por segunda vez en menos de una semana, para intentar frenar un debilitamiento de la moneda local frente al dólar que está acelerando la inflación.

La tasa de política monetaria aumentó 300 puntos básicos a un 33,25 % y siguió a tras otra alza sorpresiva y de igual magnitud del viernes pasado.

La medida, sin embargo, no logró frenar la caída del peso interbancario, que pese al anuncio cayó a un mínimo histórico de 23,00 unidades por dólar. La moneda local ha perdido casi un 11 por ciento desde el viernes.

Desde marzo, la autoridad monetaria ha realizado enormes ventas de dólares de sus reservas en el mercado de cambios, con el objetivo de evitar una fuerte devaluación que acelera una inflación que el gobierno busca frenar antes de la elección presidencial del próximo año.

“Esta crisis parece continuar a menos que el Gobierno intervenga para asegurar a los inversionistas que tomará medidas más agresivas para solucionar las vulnerabilidades económicas de Argentina”, dijo Edward Glossop, economista para América Latina de Capital Economics.

“La mala noticia para el banco central argentino es que estas alzas en las tasas de interés no parecen estar haciendo demasiado para apuntalar el peso”, afirmó.

Desde inicios de marzo, el BCRA ha inyectado al mercado de cambios 7.275,5 millones de dólares para sostener al peso, según datos oficiales, lo que generó una contracción de más del 10 por ciento en sus reservas de divisas. Hasta el miércoles, las reservas totalizaban unos 55.998 millones de dólares.

Cuatro operadores estimaron antes del cierre del jueves que la entidad monetaria habría vendido unos 500 millones de dólares.

“Si pensás que (la caída del peso) es algo transitorio, el intervenir con reservas tiene mucho sentido. Si no lo ves como algo transitorio sino como consecuencia de falta de confianza local y por el contexto internacional, no te queda otra que subir la tasa”, dijo Camilo Tiscornia, execonomista del Banco Central y director de C&T Asesores Económicos.

Expertos dicen que la baja del peso responde a un impuesto a la renta financiera que empezó a regir la semana pasada y que generó ventas de activos para buscar refugio en el dólar, además de las dudas sobre el plan para bajar el déficit fiscal, por las dificultades para recortar subsidios a servicios públicos.

EL MERCADO PONE CONDICIONES

El banco central lleva adelante una política de tipo de cambio flotante y dice que solo interviene con operaciones en el mercado de cambios para corregir distorsiones.

“El mercado está poniendo las condiciones más que el banco central y esto debería ser al revés”, dijo Hernán Nacaratto, analista de la consultora Neix. “El banco central debería tener más iniciativa tanto en el mercado de tasas como en el de cambios”, señaló.

Las tasas en el mercado secundario se ubicaban en el 34 % en promedio, por encima del nuevo tipo de la política monetaria, dijeron operadores.

En tanto, el banco central dijo en un comunicado que además incrementó excepcionalmente en 500 puntos básicos la tasa de pases activos que cobran los bancos al 38,25 por ciento a siete días y que podría volver a elevar la tasa de política si es necesario para garantizar una baja de la inflación.

La meta oficial es que los precios minoristas en Argentina cierren el 2018 con un alza del 15 %, pero los analistas creen que estará alrededor del 20 por ciento.

Desde que llegó al poder a finales del 2015, el presidente liberal Mauricio Macri ha realizado reformas promercado de las políticas oficiales de Argentina, luego de más de una década de gobiernos proteccionistas, pero los inversores afirman que aún se necesitan más cambios para atraer capitales extranjeros.

Fuente: Reuters


Source: Economia