En la sexta semana desde que una confiada Reserva Federal subió las tasas de interés en respuesta a una economía estadounidense “fuerte”, la confianza de los consumidores disminuyó, los precios al por mayor se debilitaron, los mercados financieros tambalearon y las ventas de viviendas cayeron.

Por otra parte, China intentó impulsar préstamos para su economía en desaceleración, el Banco Central Europeo reconoció un enlentecimiento del crecimiento en la zona euro y el FMI redujo su pronóstico de expansión económica mundial y advirtió que el comercio global había caído en picada en un contexto de guerra arancelaria entre potencias.

Cuando concluyan el miércoles su reunión de dos días de política monetaria, las autoridades de la Reserva Federal tendrán que decidir qué tanto riesgo representa todo esto para la expansión económica de Estados Unidos.

Su tarea se ve dificultada por la demora en la publicación de datos económicos clave debido al reciente cierre parcial de 35 días del gobierno en Estados Unidos, entre los que figuran informes importantes sobre ventas minoristas y el Producto Interno Bruto.

Y por si la situación no suscitara suficientes preocupaciones, la aparición repentina de una densa niebla económica sí lo haría, dijeron analistas antes de la decisión de esta semana.

Las autoridades de la Fed “suenan claramente como si estuvieran en pausa. No saben exactamente qué pasó con la economía porque los datos no han llegado”, dijo Melanie Baker, economista de Royal London Asset Management.

El banco central estadounidense divulgará su decisión a las 1900 GMT. Los inversionistas esperan ampliamente que la Fed deje la tasa de interés de referencia sin cambios en un rango objetivo de entre 2,25 por ciento y 2,50 por ciento.

El presidente de la Fed, Jerome Powell, debe realizar una conferencia de prensa poco después de la publicación del comunicado.

POSIBLE PAUSA

Analistas de Goldman Sachs esperan que la Fed “suavice” el lenguaje en comparación con la declaración de política monetaria de diciembre en la que dijo que se justificarían “algunos aumentos más” de tasas este año.

Esa medida podría allanar el camino para una posible pausa prolongada en el ajuste monetario, lo que otorgaría tiempo a la Fed para evaluar si el desempleo sigue siendo bajo y la inflación, que por algunas medidas se ha debilitado, ronda el objetivo del 2 por ciento.

La Fed subió las tasas cuatro veces el año pasado en medio de un crecimiento económico inesperadamente más fuerte en Estados Unidos. Eso generó críticas del presidente Donald Trump, quien acusó al banco central de querer debilitar el crecimiento económico.

En su reunión de diciembre, la Fed señaló que elevaría las tasas dos veces en 2019, aunque ahora está previsto que mantenga estable el costo del crédito por lo menos en sus próximas reuniones. Autoridades de la Fed han dejado claro que planean ser “pacientes” en este frente.

Los inversores, por otro lado, han casi borrado la probabilidad de que haya alza de tasas este año.

Fuente: Reuters


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