Aunque se está produciendo una recuperación económica mundial, ésta sigue siendo débil y estará estrechamente vinculada a la contención del virus. Es lo que apuntan las previsiones de Moody’s, que pese a la trayectoria altamente incierta de la pandemia, prevén una contracción del 4,6% para las economías del G-20 en 2020, seguida de un crecimiento del 5,3% en 2021.

 Con la excepción de China, la agencia de calificación estima que la actividad económica en todas las economías del G-20 caerá este año. Sin embargo, destaca que la recuperación en la zona euro parece estar «sobre una base más firme que la de EEUU o Reino Unido». Mientras tanto, las perspectivas macroeconómicas de los países de mercados emergentes son más inciertas que las de las economías avanzadas.

En concreto, las economías avanzadas del G-20 se contraerán colectivamente un 6,5%, mientras que la actividad económica en los países de mercados emergentes probablemente se contraerá un 1,4%. Incluso después de crecer un 4,9% en 2021, estiman que el nivel del PIB real en las economías avanzadas estará un 1% por debajo del nivel anterior al coronavirus del cuarto trimestre de 2019 para el cuarto trimestre de 2021.

Excluyendo China, las economías de mercados emergentes del G-20 se contraerán un 5,6% este año, lo que llevará la actividad económica del cuarto trimestre un 6,1% por debajo del nivel del cuarto trimestre de 2019. Incluso después de un crecimiento proyectado del 4,5% en 2021, el nivel de producción no alcanzará los niveles de PIB anteriores al coronavirus en la mayoría de estos países.

Es lo que señalan en el último informe publicado por la firma, en el que explican que, «a pesar de que la recuperación continúa, hay muchas razones para seguir preocupados por los costes de transición y eficiencia perjudiciales asociados con los cambios estructurales en la economía que ha traído este acontecimiento único, así como los riesgos significativos para las perspectivas de crecimiento a medio plazo«.

Además, Moody’s detalla una serie de riesgos a la baja que podrían hacerse realidad a través de múltiples canales: «Varios acontecimientos relacionados entre sí podrían amenazar la recuperación mundial en curso«. Así, serían un nuevo empeoramiento de la pandemia que resulta en la reimposición de medidas de bloqueo a nivel nacional en países de importancia sistémica, un estancamiento prolongado si el impacto del coronavirus se convierte en una recesión del balance, especialmente en los países de mercados emergentes, una repercusión en el sector financiero, que podría exacerbar aún más la crisis económica, y una intensificación de las tensiones comerciales y la inestabilidad geopolítica.

Por último, la firma considera importante señalar que «los problemas de salud pública podrían persistir durante años si no se dispone de una vacuna, lo que afectará al crecimiento».


Source: Economia