La victoria del cuadragésimo quinto presidente de los EEUU, Donald Trump, se ha fundamentado en dos grandes némesis: la inmigración y China. Los ataques contra la población extranjera y la promesa de desatar una era de proteccionismo con respecto al gigante asiático han sido constantes en la campaña electoral y ahora podrían pasarle factura. En cuanto se instale en el Despacho Oval y deba empezar a legislar contra el gigante Asiático, se topará con la realidad de que muchas de sus medidas son un arma de doble filo.

Actualmente, el 20% de las exportaciones chinas se destinan a EEUU, con lo que desplegar nuevas tasas y aranceles sobre los productos procedentes de este país, de entrada, impactaría negativamente sobre la balanza comercial de China. Un trago amargo para Pekín, ya que el país acumula hasta octubre una caída del 7,3% en las ventas exteriores este 2016.

Sin embargo, Trump debe plantearse hasta dónde quiere llevar sus medidas para potenciar la demanda de productos domésticos sobre los importados. Un exceso de gravámenes en los bienes procedentes de China o de otros países, como México, cuyo 25% del producto interior bruto (PIB) depende de loa acuerdos comerciales con su vecino del norte, podrían acabar repercutiendo en el bolsillo del consumidor en forma de productos más caros.

Analistas consultados enumeran una serie de factores que pueden desembocar en un escenario en el que Trump se vea obligado a rebajar sus iniciales intenciones de proteccionismo feroz yacabar impulsando medidas mucho más “suaves”. Para empezar, China posee el 19% del mercado de renta fija de EEUU y también representa la mitad del déficit comercial del país, con lo que aplicar unas tasas del 45% en los productos de la segunda potencia mundial “puede ser un arma de doble filo”, señalan expertos de VTB capital. Además, recuerdan estos analistas, el 30% de los ingresos de las empresas que cotizan en el S&P500 se obtiene en el extranjero.

MAYOR DEMANDA Y PRODUCTOS MÁS CAROS

EEUU importa cerca de 500.000 en bienes procedentes de China y otros 300.000 millones en productos “made in” México

Los números hablan por sí mismos. Según la agencia de calificación Moody’s, EEUU importa cerca de 500.000 en bienes procedentes de China y otros 300.000 millones en productos “made in” México. Si Trump aplica tarifas del 45%, sobre los primeros, y de un 35% -según sus propuestas-, sobre los segundos, el país debe absorber un incremento de un 15% en el total de importaciones, que “repercutirán en una subida de un 3% en los precios al consumo, seis trimestres después de la entrada en vigor de las tasas”, expone Moody’s. “Tomando en consideración el impacto máximo del incremento de los aranceles sobre los productos exteriores, las exportaciones de EEUU se reducirán en 85.000 millones de dólares en términos reales”, señala la agencia.

Analistas de Danske Bank también ponen el acento en los precios. Destacan que en un entorno globalizado, en el que las empresas tienen sus cadenas de montaje de productos electrónicos como, por ejemplo los iPhones, ubicadas en China, el gobierno de Pekín puede decidir poner trabas a los importadores, lo que también acabaría por encarecer estos productos.

Destacan los expertos del banco danés, además, que “el impulso fiscal que Trump quiere llevar a cabo para potenciar el crecimiento aumentará la demanda de bienes de consumo de China”, con lo que se complica mucho para la nueva administración republicana acabar imponiendo altos peajes a la entrada de mercancías. Alternativamente, si se plantea repatriar las cadenas de valor de los productos manufacturados, el consumidor final también acabaría pagando de su bolsillo el incremento de costes que supondría para las empresas trasladar la producción a EEUU.

Fuente: Bolsamania.com


Source: Economia