El impacto de la tormenta tropical Harvey en el sector de la energía fue más allá de las inundaciones de refinerías en Estados Unidos luego que oleoductos también cerraron, amenazando con limitar el suministro estadounidense y sacudir a los mercados mundiales de combustibles.

La tormenta, que azotaba a Luisiana con lluvias el jueves, ha inundado la costa del Golfo de México en Estados Unidos, lo que ha paralizado aproximadamente un cuarto de la capacidad de refinación estadounidense.

El precio de referencia de la gasolina en Estados Unidos y los márgenes subieron de nuevo el jueves. El alza ocurrió luego que el oleoducto Colonial, el mayor sistema de combustible estadounidense, anunció el cierre de sus líneas principales al noreste el jueves por interrupciones en los puntos de bombeo y falta de suministro de las refinerías.

El ducto puede llevar 3 millones de barriles de gasolina y otros productos al día.

Al menos dos refinerías de la Costa Este se han quedado sin gasolina para entrega inmediata mientras se preparaban para atender mercados normalmente abastecidos por instalaciones en la costa del Golfo de México, dijeron dos fuentes del sector. Otras funcionaban más activamente para mejorar su rentabilidad aprovechando la escasez.

     “Esto va a ser lo peor que Estados Unidos han visto en décadas desde el punto de vista energético”, dijo una fuente del mercado de la Costa Este, que se negó a ser nombrada, ya que no estaba autorizado a hablar con la prensa.

Las preocupaciones por la escasez de combustible antes del fin de semana largo del Día del Trabajo de Estados Unidos estaban aumentando, dijeron analistas de JBC Energy.

Los futuros de gasolina estadounidense superaron los 2 dólares por galón por primera vez desde 2015. Los precios han subido más de un 20 por ciento desde el cierre del 23 de agosto, justo antes del inicio de la tormenta.

Cerca de 4,4 millones de barriles de capacidad de refinación estadounidense están paralizados por Harvey, incluida la refinería más grande del país, Motiva Port Arthur, que puede procesar más de 600.000 barriles por día. El cierre total es de alrededor del 24 por ciento de la capacidad de refinación de Estados Unidos, casi igual al consumo diario de Japón.

Los intermediarios en Europa intentaban reorientar cargamentos hacia Estados Unidos y América Latina para compensar el vacío que dejaron los cierres de refinarías y puertos, pero los suministros podrían no llegar lo suficientemente rápido como para evitar un problema.

Fuente: Reuters


Source: Economia